Crónicas de un templario (VII)
Poco tiempo ha pasado desde la última vez que vi al ángel. En ese lapso he aprovechado para enmendar mis errores y mi armadura, la cual se veía muy desgastada por los combates que fueron, para enfrentarme a los combates que están por venir. También me dediqué a afilar mi espada y a encomendarme a Dios para saber lo siguiente que tenía que hacer. Un día, encontré al ángel:
- ¿Qué ha pasado? No te había visto tan contenta desde hace tiempo - Le pregunté
- He encontrado a alguien a quién amar...
Al escuchar estas palabras, me empezó a doler el cuerpo. No sabía qué decir. Al principio me culpaba por haberme quedado paralizado frente al portal cuando fui con los rosacruces, pero luego comprendí que esa no era la principal razón: Se trataba de algo más que de mi cobardía; se trataba de no haber sabido a tiempo lo que sentía por ella.
No puedo desdeñar las luchas que en su nombre he hecho. No me arrepiento de haber sentido esto. Bien dicen que "Más vale haber amado y perdido que nunca haber amado". Pero también dicen que "Uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido" y ante esa amenaza real de perderla para siempre, he lanzado un ataque desesperado, esta vez en cubierto, sin tapujos, a la ciudadela en la que habitaba... Me tomará tiempo saber el éxito o fracaso de la operación, pero, independientemente del resultado, lo que realmente importa es tu felicidad, y no quiero ser el primero en derrumbarla. Veo con profunda tristeza cómo el ángel emprende el vuelo para quizá no volver jamás. Tendré que regresar a mi rutina, a mi pasado, a vivir de planes más ambiciosos y solitarios... y prepararme para una nueva jornada en busca de alguien más. He de regresar al ostracismo del que he hablado al principio para ello, pero no importa, porque todavía hay batallas que librar...
Si algún día este ángel pasara por encima de esta trinchera, busca "Hoshi no suna"... Porque a final de todo, no podré olvidar nada de lo que pasó... Porque al final de todo, estas crónicas quedarán como un recuerdo de lo que fue y de lo que pudo haber sido... Porque sé que si dicho ángel lee estas crónicas, sabrá que lo aquí escrito es sincero, sin mentiras y sin engaños
¡Que encuentres la felicidad a donde quiera que vayas!
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